¿Para Qué Sirven Los Diez Mandamientos?

En primer lugar, no sirven para salvarnos.

 

El mundo religioso está lleno de personas que creen que pueden salvarse guardando estos preceptos. La Biblia dice lo contrario y afirma que nadie será salvo guardando los Diez Mandamientos. Entonces, la ley no fue dada para salvarnos, sino para convencernos de nuestros pecados y entonces mostrarnos nuestra necesidad de Cristo. “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado”. (Romanos 3:20) Para ser justificados ante Dios, sólo confiamos en Cristo como aquel que cumplió la ley en su vida de obediencia, y en su muerte de castigo, como el sustituto y representante de los creyentes. “Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo...” (Gálatas 2:16)

 

Segundo, los Diez Mandamientos son las reglas o normas de justicia tanto para los creyentes como para los incrédulos.

 

Son un reflejo de la naturaleza y el santo carácter de Dios. Cuando la Biblia dice: “Sed santos porque yo soy santo”, no se puede definir la palabra santo sin referirse a los preceptos morales resumidos en los Diez Mandamientos. El pecado se define en términos de la violación de los preceptos morales de la ley. “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley”. (1 Juan 3:4)  Los inconversos aún tienen la ley de Dios escrita en sus conciencias, y ellos serán juzgados y condenados en el día del juicio según la luz que tienen. (Romanos 2:11-16)

Tercero, los Diez Mandamientos sirven para conducirnos a la manifestación práctica del amor.

“Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos”. (2 Juan 6) El problema básico del incrédulo es que no ama a Dios. Por lo tanto, es enemigo de Dios; no se sujeta a sus mandamientos, ni le puede agradar. (Romanos 8:7-8) Al contrario, el creyente ya ama a Dios porque ha sido cambiado por Él; ahora quiere agradarle y servirle; quiere ser semejante a Él. El creyente encuentra en los Diez Mandamientos mucha ayuda porque los mandamientos le enseñan como manifestar su amor. Los primeros cuatro mandamientos significan: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. (Mateo 22:37) Los otros seis mandamientos gobiernan la relación entre nosotros y el prójimo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. (Mateo 22:39-40)

 

¿Para qué sirve la ley en su vida?

 

1. ¿Tiene usted un corazón resentido hacia Dios, como tenían los israelitas en el tiempo de Malaquías? Ellos dijeron: ¿“Qué aprovecha que guardemos su ley”? (Malaquías 3:14)

 

2. ¿Tiene usted un corazón cambiado? ¿Ha sido convencido por la ley de su condición perdida? ¿Está arrepentido ahora y creyendo en el Señor Jesucristo como su único y suficiente Salvador? “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo...” (1 Juan 5:3, 4)

Los Diez Mandamientos

En el Antiguo Testamento

Éxodo 20:1-17

1. “No tendrás dioses ajenos delante de mí”.

 

2. “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas. Ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso...”

 

3. “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano”.

 

4. “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”.

 

5. “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”.

 

6. “No matarás”.

 

7. “No cometerás adulterio”.

 

8. “No hurtarás”.

 

9. “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”.

 

10. “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”.

 

Los Diez Mandamientos

En el Nuevo Testamento

1. “Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás”. (Mateo 4:10)

 

2. “Hijitos, guardaos de los ídolos”. (1 Juan 5:21)

 

3. “No juréis en ninguna manera;... Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”. (Mateo 5:34, 37)

 

4.  “Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras” (obras de la redención), como Dios de las suyas (obras de la creación)”. (Hebreos 4:8-10)

 

Nota: En el principio, Dios estableció el sábado como un recuerdo de Su reposo al terminar las obras de la creación. Después de la resurrección de Cristo, el día de adoración fue cambiado a domingo, como recuerdo de las obras realizadas por el Señor Jesucristo para redimirnos.

 

5. “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo”. (Efesios 6:1)

 

6. “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”. (1 Juan 3:15)

 

7. “Ni los fornicarios, ni los adúlteros heredarán el reino de Dios”. (1 Corintios 6:9-10)

 

8. “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje”. (Efesios 4:28)

 

9. “No mintáis los unos a los otros”. (Colosenses 3:9)

 

10.  “Ningún avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios”. (Efesios 5:5)

 

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